Positivo (a corto plazo):
Las temperaturas elevadas aumentan la movilidad de los iones y la actividad de los electrodos, lo que puede mejorar temporalmente la capacidad de la batería (normalmente un aumento del 2% al 5% por cada aumento de 10 °C).
Negativo (a largo plazo):
La exposición prolongada al calor ablanda y desplaza el material activo (por ejemplo, PbO₂), lo que reduce el área superficial efectiva y provoca una disminución irreversible de la capacidad.
Las altas temperaturas intensifican la actividad de las impurezas en el electrolito, lo que provoca un aumento de las reacciones secundarias (p. ej., corrosión de la rejilla y generación de gases). Incluso en modo de espera, las baterías se descargan con mayor rapidez, lo que aumenta el riesgo de sulfatación y daños permanentes si no se recargan con prontitud.
Las temperaturas elevadas aceleran la oxidación de la rejilla positiva, formando capas de corrosión sueltas de PbSO₄ que comprometen la conductividad y la integridad estructural.
En la placa negativa se pueden formar cristales de sulfato más grandes e irreversibles, lo que reduce la eficiencia de la reacción y acorta significativamente la vida útil de la batería (entre un 30% y un 50%).
Las altas temperaturas aceleran la evaporación del agua:
Baterías inundadas Se puede rellenar, pero el mantenimiento frecuente aumenta los riesgos de concentración de ácido y corrosión interna.
Baterías VRLA (plomo-ácido reguladas por válvula) Están selladas y no son recargables. La pérdida de agua dificulta el transporte de iones, lo que a menudo provoca abultamientos, fugas de electrolito y fallos de rendimiento.
A altas temperaturas, la acumulación de calor interno durante la carga puede superar los 60 °C, lo que provoca reacciones de retroalimentación positiva incontroladas (desbordamiento térmico). Esto puede provocar la deformación de la carcasa, fugas de gas o incluso una explosión debido a la acumulación de hidrógeno.
La vida útil del ciclo de la batería disminuye aproximadamente un 20% por cada aumento de 10 °C en la temperatura ambiente.
Por ejemplo, a 40 °C, las baterías de plomo-ácido típicas pueden reducir su vida útil a menos de 200 ciclos. A más de 50 °C, la vida útil podría caer por debajo de 100, lo que afecta gravemente la fiabilidad y el tiempo de funcionamiento del sistema.
Para garantizar la estabilidad y la seguridad del sistema en condiciones de calor extremas, es fundamental elegir baterías con excelente resistencia a altas temperaturas y confiabilidad a largo plazo.
Como proveedor de soluciones de energía industrial reconocido mundialmente, EverExceed ofrece una gama completa de baterías de plomo-ácido optimizadas para aplicaciones de alta temperatura y servicio pesado, que incluyen:
✅ Estabilidad térmica mejorada :Las rejillas de aleación especial de Pb-Ca y la composición optimizada del electrolito mejoran la resistencia a la corrosión bajo estrés térmico;
✅ Baja tasa de autodescarga :Los procesos de purificación avanzados suprimen las reacciones secundarias y mantienen un rendimiento de espera prolongado;
✅ Larga vida útil :Ciclo de vida útil de hasta más de 500 ciclos, lo que garantiza un rendimiento a largo plazo para sistemas de telecomunicaciones, UPS y energía;
✅ Múltiples opciones : Disponible en Gel VRLA, OPzV y la serie GFM para satisfacer diversos escenarios de aplicación, desde ciclo profundo hasta uso en espera.
En entornos operativos de alta carga y alta temperatura, EverExceed baterías Proporcionan no sólo un respaldo de energía confiable, sino también menores costos de mantenimiento y tiempos de inactividad.
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